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Volver a la rutina

Septiembre marca para muchos el final de las vacaciones. Tras días de desconexión y descanso, llega la hora de volver a la rutina, los horarios y las responsabilidades.

La vuelta a lo cotidiano no es una tarea fácil, ya que el cuerpo y la mente deben volver a acostumbrarse a los cambios y las rutina diaria. Para adaptarnos de la mejor manera posible, es recomendable hacerlo poco a poco. ¿Cómo podemos evitar que sea tan duro?

Para algunas personas esto supone un verdadero reto y pueden aparecer emociones como ansiedad, estrés, tristeza, etc. Recordar que es algo transitorio y que nuestro cuerpo se está adaptando y acostumbrando al nuevo ritmo. El período de adaptación es fundamental y puede ayudarnos a mejorar nuestro estado de ánimo, así se podrá lograr una mayor concentración en nuestro día y a día.

Trabajar no lo es todo en la vida. Integrar actividades de ocio para desconectar es fundamental para evitar el estrés emocional. La vuelta de vacaciones es buena época para comenzar nuevos proyectos y actividades que nos apetezcan fuera del trabajo, como cursos de ocio o algún deporte, que es un desestresante natural, nos mejora el humor y nos activa el organismo.

Intente visualízate en su día a día con optimismo y alegría y enfocarse en los aspectos positivos del regreso.

Por ejemplo:

    • El descanso de media mañana y ese café único con los compañeros/as del trabajo.
    • Los momentos familiares.
    • El bienestar que reporta las aficiones.
    • Dedicarte unos minutos exclusivos para vivenciar relajación y armonía.